Varios años atrás sufrí una lesión muy fuerte tras una caída en un movimiento de gimnasia artística sobre caballete, el dolor era insoportable, así estuve varias semanas y fue tiempo después que comencé a hacer yoga. No recuerdo si acompañaba a mi madre o si ella me acompañaba a mi.
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| "Aprendes a ubicarte en el presente; estando presente" |
El lugar en el que practicábamos era de ensueño, allí se reunían todas las señoras que cruzábamos a diario en los lugares comunes, como el mercadillo o el autobús y la Iglesia, para ese entonces vivíamos en una casita entre el abrazo de los rayos de Sol que se colaban por los grandes arboles del bosque en el kilometro 25 de Bariloche; en la lejanía de la Patagonia una familia caribeña trataba de adaptarse a todos los cambios que conlleva vivir en un lugar tan inhóspito. Yoga no sólo me ayudó a mi con la lesión, pero seguro a mi madre también. Para ese entonces ella tenia unos 35 años y nunca había estado tan lejos de sus padres, esta disciplina le dio las fuerzas y el balance de sobrellevarlo; porque la acercó a su práctica espiritual y cuando oraba se sentía más cerca de lo Divino.
Hace sólo unos pocos años que entendí esto . En mi búsqueda por encontrar paz, comencé a estudiar; terapias para sanar, yoga, meditaciones etc, dentro de mi práctica me hice consciente de mi respiración y comprendí que ese aliento me lo entregó lo más Divino para que viniera a ser feliz en esta vida, es increíble cómo a través de la consciencia en la respiración y el balance de mirar con el corazón hacia dentro, encuentras esa conexión única, particular y muy personal con Dios. Yoga está lejos de ser religión, pero te acerca a tu religión; te permite comprender con amor el Amor de lo más Divino y hace que, en vez de buscar hacia fuera por esa fuerza grandiosa a la que culturas diversas le han dado diferentes nombres; busques hacia dentro; finalmente conectando con tu yo interno, con esa parte de ti que está en plenitud, en total paz, armonía, balance, llena de amor y perdón a la que muchos llamamos Dios. Independientemente de lo que creas, en lo que creas, si crees o no, de cualquier religión que practiques; la disciplina y ciencia de Yoga te acompaña en tu crecimiento espiritual; sin imponer ninguna creencia y al mismo tiempo en que cuidas tu salud física; emocional y mental.
Sin dudas el yoga es una disciplina que te acerca más a quien realmente eres, terminas conociéndote tan bien que ya sabes lo que te hace falta o lo que te hará sentir mejor, aprendes a ubicarte en el presente; estando presente. Te conecta con eso que piensas que esta lejos y fuera de tu alcance; descubriendo que en realidad esta cerca, tan cerca que puedes sentirlo cuando buscas en tu respiración la paz que llevas dentro.
Por Sylvie Delabaude FF
@studioshakti
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